Los investigadores administraron a un grupo de mujeres de entre 8 y 12 semanas de edad dosis de LSD durante siete días seguidos. Las mujeres sufrían de estrés crónico y después tomaron diferentes dosis de LSD.
Las reacciones a la estimulación cognitiva, que constituyen el objetivo del estudio, se identificaron y fueron proporcionales a las diferentes dosis de LSD que se administraron a las usuarias. Las dosis se administraron en intervalos de tiempo diferentes, con el fin de evaluar la ingesta y las reacciones neurobiológicas de la mujer. Los resultados mostraron que la administración intraperitoneal de LSD a pacientes no gestantes no produjo efectos antidepresivos ni ansiolíticos.
La administración de una dosis media de LSD, junto con un protocolo, a mujeres embarazadas provocó un estado de ansiedad inducido por el estrés y alteraciones celulares inducidas por el estrés en el cerebro.
La abstinencia de LSD también afectó a la reducción de los niveles de estrés crónico, lo que se tradujo en un efecto de la abstinencia de LSD en situaciones de estrés.
Los investigadores demostraron que las dosis bajas de LSD sólo activaban la absorción de serotonina, mientras que las dosis altas, que estimulaban el sistema dopaminérgico, producían efectos psicoactivos.
Los resultados de los estudios han demostrado que las dosis bajas de LSD aumentan la carga nerviosa de la serotonina, al igual que los fármacos del grupo de los inhibidores selectivos de la serotonina (ISRS). Estos fármacos están dirigidos a una clase de antidepresivos que se utilizan con frecuencia en los estados de estrés y depresión.
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